Origen biológico
Su marca ha estado plagada en toda la historia desde los más diminutos indicios de vida manifestándose constantemente a través de la supervivencia, solo aquellas especies mejor adaptadas ganaban el derecho de prevalecer. Muchos factores eran los que se interponían en el subsistir tales como: ecosistema, clima, escasez de suministros, depredadores y lo que nos reúne hoy los competidores. Aquellos seres que en ocasiones no se encontraban en la cadena trófica de uno, sin embargo, consumían los mismos alimentos, habitaban un territorio idéntico, deseaban la hembra de uno. Esos mismos individuos que a pesar de compartir una exacta réplica de nuestro ADN y una apariencia similar a la nuestra nos siguen pareciendo como unos rivales de los cuales es difícil de confiar porque compartimos todas las necesidades fisiológicas e instintos, sabiendo que incluso uno sería capaz de eliminar al otro con tal de vivir un día más.
Usualmente en sus inicios para resolver esta clase de discusiones se utilizaba la violencia, herramienta sumamente común con la cual quien sepa mejor usarla se alzará como victorioso. Afortunadamente al pasar el tiempo las peleas se ven cada vez más desde una óptica retrógrada, volviendo las competencias menos encarnizadas, sin embargo, a pesar de su falta, el humano ha sabido hacerlas más complejas: inventando reglas, uniformes, herramientas, estadio para un mejor desenvolvimiento posible.
Crecimiento personal
La competencia es un motivante bastante común entre los contrincantes: ¿A quién le gusta ser el segundo lugar? Sin duda a la mayoría no, por lo mismo uno se encuentra analizando las mejores estrategias, concentrándose en niveles inverosímiles, llevando las mecánicas al extremo tanto físicas como mentales, encontrándose continuamente bajo presión, hallándose hombro a hombro con seres igual de habilidosos que uno, invirtiendo días de tu vida, entrenando hasta el cansancio.
No obstante cuando eres coronado como campeón toda esa perseverancia, sacrificio, tiempo, esfuerzo, presión, dolor, angustia parecen ser recompensados cuando alzas el trofeo más grande de la arena con ambas manos mientras todo un público de fieles seguidores vociferan tu nombre.
Mientras que el segundo lugar se encuentra a un lado pero sin recibir ni una décima parte de la atención que su vencedor, teniendo unos primeros pensamientos de desilusión, tristeza e ira, rememorando que todo lo invertido fue "en vano", culpando a su genética de no haberle brindado los dones naturales que su rival posee, sugestionándose de que tal vez está destinado a ser el eterno subcampeón, tener un cuantioso cheque junto a él parece insuficiente porque lo que él realmente deseaba era la fama, éxito, prestigio, admiración, reconocimiento con la que cuenta ahora su antagonista.
Empero si realmente es un competidor formidable deberá superarlo y saber que habrá otra ocasión en la que combatirán nuevamente por el primer lugar, pero esta vez con un año adicional de aun más riguroso entrenamiento encima.
Sociedad
La competencia también se percibe en ambientes colectivos, ya que de ninguna manera un hombre podrá luchar a la par contra mil, es por eso que se unen fuerzas con un grupo de compañeros para rivalizar con cualquier enemigo que se enfrenten. Contando con un gran espectro podemos percibirlo en el campo: deportivo, económico, empresarial, científico, social, tecnológico.
Empresas, equipos, bandas, marcas, grupos científicos, ciudades, naciones, países, todo un conjunto de gente que se encuentra batallando porque su nombre pase a la posteridad por medio de libros, películas, obras, música, actuaciones, récords movimientos, manifestaciones, leyes, actos, comportamientos, modas y un sinnúmero de maneras en las que somos capaces de expresarnos.
De esta manera organizados competitivamente hemos logrado alcanzar la cima y desde ella podemos apreciar la inmensa cantidad de duetos a muerte: iOS/Android, Burger king/mcdonald´s, Xbox/Playstation, Marvel/DC, Adidas/Puma, Wall-Mart/COSTCO, Pepsi/Coca, Sabritas/Barcel, Visa/Mastercard, Energizer/ Duracell, Hasbro/Mattel y la lista se prolonga continuamente en todos los ámbitos conocidos. La cuestión importante es que ese rival que posee uno siempre está en constante mejora y por tanto uno no se puede quedar atrás, porque de dar un mal paso, muy seguramente un nuevo rival nos destronaría de nuestra posición privilegiada.